La dictadura ideológica de Patria Roja y Sendero Luminoso en el magisterio
Octavio Salazar Miranda
Luego que el Presidente Ollanta Humala anunció en su último Mensaje a la Nación la presentación de un proyecto de Ley de Desarrollo Docente, la titular de la cartera de Educación, Patricia Salas, confirmó que la actual paralización de las evaluaciones; los concursos; las capacitaciones a docentes y directores, significa el final de Ley de Carrera Pública Magisterial, aprobada en el pasado quinquenio. La derogatoria de esta norma formaliza una concesión política a favor del Sutep, que en la práctica la administración actual ya está llevando a cabo desde hace un año.
Cabe señalar que tanto la dirigencia de Patria Roja, que controla al mencionado gremio, como sus adversarios senderistas del Movadef, que controlan el Conare, se han resistido a la evaluación aprobatoria del desempeño como requisito necesario para el aumento en las remuneraciones de los docentes. Ambos, por lo tanto, independientemente de sus discrepancias políticas (mejor dicho contradicciones no antagónicas) tienen un común denominador: fomentar la mediocridad educativa e imponer la dictadura ideológica maoísta en el magisterio.
Esta ideología maoísta anida en el pensamiento dirigencial e institucional del magisterio peruano, representado por el Sutep. Es decir, el maoísmo esbozado por organizaciones como Patria Roja mantiene conceptualmente la violencia como instrumento para capturar el poder, en lo político; y del control estatal de los medios de producción, en lo económico, aún cuando, sólo por ahora, no los lleve totalmente a la práctica.
En cuanto a Sendero Luminoso, esta organización siempre ha tenido presencia en el magisterio. Por ejemplo, docentes senderistas apoyaron en el pasado liderazgos alternativos para enfrentar a Patria Roja (Robert Huanalaya), ahora, lo hacen con alguien de sus propias filas, Efraín Condori (militante del Movadef), quien dirige el llamado Conare, siendo necesario aclarar que en el magisterio no sólo hay docentes senderistas condenados por terrorismo, también hay docentes apologistas de dicha ideología terrorista, pero que no han sido condenados o procesados por dicho delito.
En ambos casos, tanto Sendero Luminoso como Patria Roja han hecho y siguen haciendo un enorme daño a la educación peruana. Las dos organizaciones, reiteramos, son conceptualmente hijas de la sanguinaria ideología maoísta, a la que no han renunciado.
Mientras tanto, el Gobierno, mediante la ministra Salas, anuncia con entusiasmo la derogatoria de la Ley Nº29062, último intento legislativo concertado y debatido a lo largo de dos quinquenios, para mejorar la calidad educativa, donde inclusive ella participó como vicepresidenta del Consejo Nacional de Educación, a través de una propuesta legislativa que remite en un 95 por ciento el contenido de la norma vigente.
Resulta lamentable que la titular del sector Educación en lugar de proponer reformas para mejorar y perfeccionar la ley vigente, haya concentrado mezquinamente sus esfuerzos durante un año para incumplirla y paralizarla.
La “panacea” legislativa que propone el Poder Ejecutivo difícilmente se aprobará este año, pues ha de motivar un prolongado debate, con nuevas suspicacias, su implementación tardaría, según los especialistas aproximadamente tres años, en otras palabras, se comienza otra vez de cero la reforma educativa, y dejando al sector en manos de Patria Roja y Sendero Luminoso.
