“¿Ha sido Usted o algún pariente
asaltado, agredido, o víctima de un delito en los últimos doce meses?” La
respuesta a esta pregunta la proporciona desde 1995, Latinobarómetro tanto para
América Latina como para el Perú.
Al respecto, dicha institución
revela, acerca de nuestro país, que los hechos delictivos en contra de sus
ciudadanos mostraron una reducción significativa. Mientras en el año 2005, el
47% de los peruanos declaró haber sido víctima de un delito; el año 2010, sólo
lo hizo el 29%. Sin embargo, cuando llega al gobierno el Presidente Ollanta
Humala, se produce un brusco rebrote, registrado por la encuestadora de la
Universidad Católica, por encargo de Ciudad Nuestra, organización que lidera el
ex ministro Gino Costa, la cual informa en dos encuestas anuales que la
victimización por hogares se incrementó en 42.2% el año 2011; y 43.2, el año
2012.
¿Qué pasó? Uno de los factores que
posibilitó la elección del Presidente Ollanta Humala fue el compromiso de
liderar la seguridad ciudadana, para tal efecto, más allá de presidir
inicialmente el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana, apoyar una
militarizada reforma policial y de tener cuatro ministros del Interior en menos
de dos años, no hay avances. Al revés, se ha reducido, por ejemplo, el
presupuesto asignado al sector interior para el año 2013 con respecto al año
anterior, en aproximadamente S/. 1,300 millones menos para enfrentar a la
delincuencia.
Si algo reclama la ciudadanía con
relación a la seguridad ciudadana, así lo revelan las encuestas respecto a la
gestión presidencial, es la eficacia para enfrentar a la delincuencia, lo que
pasa por la adopción de medidas que trasciendan la coyuntura.
Para tal efecto, debemos ponernos de
acuerdo institucionalmente para convertir la seguridad ciudadana en una
política de Estado que se cumpla y trascienda a los gobiernos, por ejemplo,
habría que tomar en consideración los siguientes aspectos: No hace falta muchas
leyes, hay que legislar poco pero bien (aprobar por conceso la Ley del Crimen
Organizado; la revisión de la reforma policial militarizada a través de los
recientes Decretos Legislativos; legislar eficazmente contra los denominados
delitos menores y violación de normas penales que constituyen crimen
organizado, etc); así como comprometer al Ministerio de Economía y Finanzas
para que brinde recursos que permitan la especialización del personal policial
para su capacitación y equipamiento; y para terminar de una vez por todas con
el sistema 24 x 24 que reduce el servicio policial.
La seguridad ciudadana hoy más que
nunca necesita de una Policía disuasiva, altamente calificada y con medios
tecnológicos que permitan enfrentar a la delincuencia con eficacia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario