miércoles

Artículo de opinión en el diario Correo.

Octavio Salazar:

"Qué esperar de los nuevos ministros"

Lima - La cuestionada operación Libertad, que ocasionó la muerte de 8 militares y policías -con la posterior aparición del suboficial Luis Astuquillca por sus propios medios y la recuperación del cuerpo del suboficial César Vilca por su mismo padre-, y un número importante de heridos, generó una crisis política en el gobierno que terminó luego de la presentación de una moción de censura por parte de las bancadas opositoras, y antes de su votación en el Congreso, con la renuncia de los otrora ministros Alberto Otárola y Daniel Lozada, hoy reemplazados por José Urquizo y el general EP (r) Wilver Calle, respectivamente.

Ya con los cambios en el gabinete, ahora lo importante es saber cómo enfrentará el gobierno las dificultades y amenazas estructurales que afectan a nuestra seguridad y orden interno, las cuales deben ser abordadas con decisión, inteligencia y recursos.

A pesar de los avances del Núcleo Básico de Defensa, que cubre parte de las necesidades operativas de las FF.AA., a efecto de mejorar los niveles de control y vigilancia de los espacios aéreo, marítimo y terrestre; en el sector Defensa la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas no se encuentra en un nivel óptimo. Hay que garantizar entonces la capacidad operativa de unas FF.AA. orientadas a la disuasión y defensa.

En el sector Interior se tiene que enfrentar problemas cada vez más complejos en el ámbito de la seguridad ciudadana, como son la prevalencia de delitos contra la vida, el cuerpo y la salud; contra la libertad y contra el patrimonio; la prevalencia creciente de inseguridad en la capital y en el interior del país; la prevalencia del pandillaje y consumo de drogas entre la juventud y su incidencia en la comisión de delitos; el resurgimiento ideológico de SL en las universidades; además de los conflictos sociales que tienen marcada carga ideológica generados por una supuesta defensa de intereses medioambientales, además de la minería ilegal, la tala ilegal de madera o el contrabando.

En ese orden de ideas, mención especial merecen zonas como el VRAE, donde es evidente que se carece de estrategias eficaces, por lo cual es necesario evaluar un cambio en la estrategia porque la que se aplicó hasta la fecha ha tenido un alto costo en vidas humanas.

Es indispensable, además, fortalecer la profesionalización, especialización y cobertura operativa tanto de la PNP como de las FF.AA. asegurando su equipamiento y remuneración digna, a fin de garantizar la presencia efectiva del Estado en zonas vulnerables a la violencia, especialmente donde hay terrorismo y narcotráfico, como en el VRAE.
Asimismo, reitero mi propuesta de suscribir un pacto democrático de gobernabilidad frente al terrorismo que se plasme en acciones concretas y no signifique una propuesta más.

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