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Manual para destruir un país

En el 2005 salió a la luz una carta que le habría mandado el dictador Fidel Castro al difunto ex presidente de Venezuela Hugo Chávez. En ella Castro detalla paso a paso como llegar al poder e instaurar una dictadura... ¿Algún parecido con la realidad?



Carta de Fidel Castro a Hugo Chávez


Sabemos, Hugo, que para lograr acabar con el imperialismo yanqui, tenemos qué hacer las cosas bien. Los árabes ya están listos; Lula está trabajando en Brasil, y las FARC las has animado tú. El pueblo del poder está muy cerca; los pobres son mayoría y tienen poca memoria; inyéctales desesperanza y acusa al pasado, a la democracia, de todos los males; mantente en línea permanente, con tu pueblo; identifícate con ellos; tu verbo es simple; eso les llega muy bien, pues, tiene la salsa que hace falta; emociónalos, tómalos en cuenta, aprende a manejar la IGNORANCIA; el verbo debe ser encendido, de autoridad y poder.

No te preocupes por los ricos y la clase media; no son más que tu 80% de pobres lo que necesitas. Los ricos salen corriendo, si les haces buuuuuu... A los católicos les encantan las menciones de la Biblia o de Cristo; los católicos, que son la mayoría en Venezuela, no hacen nada con rezar, sin acciones que no van a llegar a ninguna parte;son unos bobalicones; mientras la iglesia esté dormida, aprovecha; cuando decidan moverse, ya estarás instalado. Recuerda que la iglesia es guavinosa; sigue acusándola; los católicos sin liderazgo no son nadie, y ningún curita va a reaccionar; hay dos o tres que quieren reventar pero sus superiores los acorralan.
Si ves a algún sacerdote alebrestado, cómpralo, llámalo, gánatelo. Si el pueblo cristiano se te revela, ese será tu ultimo día, pero difícilmente vendrá. Los judíos, en Venezuela, no cuentan; los evangélicos son unos pobres pendejos, y las demás religiones, para qué nombrarlas.

Saca al Cristo, siempre habla en su nombre; recuerda que esto a mí me dio excelentes resultados; incluye banderas y a Simón Bolívar, cuando puedas; genera un nuevo nacionalismo; despierta el odio; divide a los venezolanos; esa etapa te da buenos dividendos; se eliminarán unos a otros; la violencia te ayudará también a instalarte más tarde a la fuerza; mientras tanto, háblales de democracia y de constitución.

Pide dinero y compra la fidelidad, mientras cumplan los objetivos; cuando logres lo quieres, si se oponen o te aconsejan, deséchalos; envíalos a las embajadas; dales dinero para que callen o sácales del país, para que la prensa no los utilice.
Los que se opongan, siémbrales delitos; eso los descalifica para siempre. Por todos los medios, mantén mayoría en la asamblea; mantén tu lado, como mínimo, a la fiscalía y al tribunal.
Compra a todos los militares, con ropa y equipo; a todos lo que tengan comandos, ponlos donde haya bastante dinero; CORRÓMPELOS, para lograr fidelidad; a unos de ellos ponlos en la petrolera, para que logres el control militar; en las guarniciones centrales, necesitas poner a tu gente; ofrece cursos para cambiar a los indecisos de los puestos clave. Si logras de 200 a 300 militares de alto rango, con comando de tropas, eres indestructible; si tienes dudas de algunos, ponlos a prueba; por ejemplo, con un golpe simulado; ahí salen todos los traidores y todos los fieles.
Es necesario controlar los medios de producción del Estado; a los comerciantes, les encanta el dinero; compra a los banqueros, a los grandes comerciantes, y a los grandes constructores dales contratos, trabajos y facilidades para esta primera etapa.
Para la segunda etapa, tienes qué haber formado comités de defensa de la revolución; llámalos bolivarianos; haz trabajo comunitario con ellos, para que se sientan agradecidos; págales para que sigan los lineamientos, las marchas, las concentraciones. De los comités, selecciona los más agresivos, para una fuerza de choque armada que puedas necesitar, si la cosa se pone difícil.
Controla la policía, destrúyela; ponla a tu disposición. En la segunda etapa, tienes qué profundizar la misión de la revolución; debes mencionar mucho la palabra revolución; eso emociona a los pobres.

Aquí tienes que fracturar a la unión de trabajadores y de empresarios que puedan hacer oposición; tienes qué lograr que los trabajadores estén afiliados a una central paralela; con dinero se logra; igualmente, tienes qué armar una central de empresarios paralela.
Ataca a los empresarios, acúsalos de hambreadores, fascistas y, particularmente, acúsalos de golpistas.Hazte el débil; la mente del hombre siempre se ubica en el más débil y en la justicia. Si no puedes comprarlos, cierra los medios de comunicación radial, impresos y las televisoras. Tu empresa de petróleo es la que produce el dinero del proyecto; crea una junta directiva revolucionaria; saca a los técnicos y acaba con esa llamada meritocracia; si tienes todo en esta etapa, puedes seguir a la tercera. 

En la tercera etapa, puedes violar la constitución, porque nadie te lo va a impedir; ordena allanamientos, siembra armas, drogas, dinero; acúsalos de espías o corruptos; desprestígialos; recoge a muchos periodistas, empresarios, líderes laborales; los demás escaparán del país o tomarán escarmiento.
Reestructura el gabinete; aquí puedes deshacerte de tus colaboradores;a unos, puedes premiarlos, y a otros, desecharlos pues, ya no hay 0posición; tienes qué poner camaradas; establece el estado de excepción; suspende las garantías; lanza el toque de queda; apúrate, mira que el pueblo se te está poniendo bravo; cierra todos los medios de comunicación; destituye alcaldes y gobernadores de la oposición; anuncia la reestructuración de todas las áreas del Estado y la elaboración de una nueva constitución; forma un consejo de gobierno con 500 miembros; en ese consejo asesor del gobierno estaré yo.


Hay qué fusilar a los opositores que no aprendan; esto es lo único que los silencia y es más económico; nunca dejes que se organicen y conozcan tus intenciones; seremos respetados nuevamente por el marxismo leninismo; Brasil, Ecuador, Venezuela y Cuba a pasos indestructibles; si veo que no tienes criadillas, recojo a toda mi gente; me la pueden matar los militares, cuando se te alcen; si no me haces caso, ve a ver qué haces.
¿Qué estás esperando, Hugo?


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